Si tu voz no se interpusiera
sabrías que te escucho,
que leo tu alma,
como otrora aquel libro viejo,
que escucho tus pensamientos,
pero te hago creer que no,
para que mientas,
y sabes que lo hago,
y así me mientes...
pobre de tí,
creyendo que aún soy el mismo
loco, o ingenuo, o estúpido,
creyendo que no escucho a tu alma sollozar,
quinientas cosas diferentes,
como siempre...
y aún podría decir más cosas,
pero tengo una conclusión a priori,
que saldrá por sí misma a la luz,
modulada por tus labios,
en forma de vocales, y consonantes,
aulladas por tu voz,
como todo siempre sale...
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Si la luz fuese como el agua, cabría pensar que una vez brotaren aquellas sílabas de las que hablas, éstas terminarían por hundirse en el fondo de algún estanque u ojalá con suerte, en el mar.
ResponderEliminarEn ese momento, entonces, todo perdería su actual relevancia...
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