a veces,
sólo a veces,
quisiera estallar como cuando el mundo se hizo,
estallar dentro de tí,
nacer, sentir mil orgasmos en uno,
morir de nuevo,
y quedarme tres días contigo,
a veces,
sólo a veces,
quisiera no desearte nunca más,
odiarte -tal vez-
o cambiar mi nombre y mis señas,
olvidarme de ti, y de tus flores,
malditas flores,
a veces,
sólo a veces,
quisiera abondonarme en tus brazos,
y ahí quedarme por horas,
sintiendo la suavidad de tus labios,
de tu vientre,
de tu sexo...
luego te veo,
aferrada a eso que crees que soy yo,
aferrada a otro cuerpo,
todas las noches en la misma cama,
bajo las mismas sábanas,
todas las noches creyendo que me deseas,
deseando -tal vez-
pero haciendo daño,
aquí, allá, no importa,
hiriendo con una daga,
con una estaca...
y a veces quiero que vengas,
y silenciosamente me abraces,
por la espalda,
como alguna vez lo hiciste,
y hagas que mi pecho se agite de nuevo,
o que deje de intentar olvidarte,
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Sin que lo podás presentir te sorprendo y me acerco
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