[No sé como llegamos aquí, no sé si estamos perdidos o si de verdad nos encontramos... no sé.]

Aunque pareciera que muchas veces nos empeñamos en ocultar aquellos productos de nuestra mente [nuestros pensamientos]. Hemos creado un blog para combatir este cruel empeño. Las palabras deben salir, y cualquiera debe poder leerlas. Es posible, sin embargo, que a nadie le interesen, o que incluso, el orden en el que las ponemos sea considerado incoherente o estúpido. Tomamos, aún así, el riesgo de dejarlas ver la luz, descubriéndolas ante cualquier observador que desee urgar a través de ellas, criticarlas, o elogiarlas...


martes, 28 de julio de 2009

Serpiente

Aquella ramita de no sé qué tuvo en mí un efecto, a decir verdad, un poco extraño. Cuando quise darme cuenta dónde estaba, supe que no era el lugar lo que importaba, y supe también que aquella mirada que solía quemarme estaba ahora encima mío, asediando mis pasos, siguiendo mi soledad, aumentando mi cansancio y mi carga, balbuceando palabras que no me esforzaré por comprender o dilucidar ahora.

[Miré, entonces, hacia abajo, y ahí estaba, suavemente colocada en la mesita. Con un cuerpo delgado, y entretejido, como las mentiras en las que solía creer]

Tomé aquella serpiente con mis manos, y la miré fijamente a los ojos, luego empecé a jugar un poco con ella (como es debido), moviéndola de un lado hacia otro, como con descuido, pero con la suficiente concentración como para que el movimiento fuera al menos un poco organizado, periódico, y ligeramente observable. El animal, de corta longitud, tenía un aspecto brillante, con quiebres a ambos lados que permitían su movimiento pero no su total torsión, algúna herida menor en las tres cuartas partes de su cuerpo, y un movimiento que mis manos difícilmente podían controlar.

Seguí moviendo mis manos alrededor de su cuerpo, y me di cuenta que en medio de aquel redondel que se formaba con los giros de la misteriosa piel, estaban tus ojos, observándome jugar. Te miré, entonces, en medio de algún abrumador pensamiento, y supe que tus ojos buscaban el interior de mi alma; tomé entonces lo último de mis energías y lancé una mirada al vacío y un corto suspiro, con el que se terminara de esfumar mi vida...

No hay comentarios:

Publicar un comentario