Tal vez ni siquiera puedo pensar en tres palabras seguidas, en una frase simple que logre atraer tu atención lo suficiente como para lograr que te fijes en mí, no logro aclarar una sóla idea a partir de la que pueda tener algún indicio, una tenue luz, una estela a seguir, y entonces recuerdo aquel episodio nocturno...
[Aparece aquel hombre delgado]
yo me aparto, como si fuera algún animal,
algo de que avergonzarse,
o algún ignorante o ignorado personaje,
busco con la mirada,
alguna palabra, otra mirada,
un gesto,
pero nada...
entonces decido voltear el rostro,
ante tan inverosímil muestra de [...]....
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