[No sé como llegamos aquí, no sé si estamos perdidos o si de verdad nos encontramos... no sé.]

Aunque pareciera que muchas veces nos empeñamos en ocultar aquellos productos de nuestra mente [nuestros pensamientos]. Hemos creado un blog para combatir este cruel empeño. Las palabras deben salir, y cualquiera debe poder leerlas. Es posible, sin embargo, que a nadie le interesen, o que incluso, el orden en el que las ponemos sea considerado incoherente o estúpido. Tomamos, aún así, el riesgo de dejarlas ver la luz, descubriéndolas ante cualquier observador que desee urgar a través de ellas, criticarlas, o elogiarlas...


sábado, 8 de agosto de 2009

Respuestas

Cierto es que todos conocemos las respuestas a cualquier pregunta que nos deseemos formular. Si dichas respuestas son correctas, no lo sé. Viendo el cinismo de las frases del tal Warhol pensé en la forma descarada en la que eres capaz de compartir lecho con un amante al que ya no guardas la más mínima muestra de respeto, o al menos no todo el tiempo. Sea, yo no soy quién para juzgarte, puesto que hago lo mismo, o lo he hecho, o ya no sé, pero sí me atrevo a decir que a tales niveles sólo se llega cuando estamos cerca del borde del camino delineado por la desesperación.

Timbra aquel artefacto cuyo fin es que cualquiera pueda encontrarme, y me dices que me extranas, y algunas cosas más. Ya no recuerdo. Ya no sé. Vuelves a hablarme, mientras camino por la séptima, y luego otra vez mientras doblo como para tomar la quince. Ya voy a buscarte, digo. Escucho tu voz, y sé que eres tú, pero tus palabras no llegan a mi entendimiento. Hoy hablamos dos idiomas distintos. Sin embargo, me doy cuenta que olvidé traer ropa adecuada, así que el frío penetra mis débiles ropas y me hace temblar. Tal vez también lo hacen tus palabras. Ya no importa. Ya no sé.

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