[Aunque a veces miro mis manos, y mi rostro, y no me reconozco, siempre que está tu cuerpo desnudo conmigo, me he de reconocer como aquel falso poeta cuyos versos sólo causan pesar. Es lamentable]
Escribo, porque es a veces el remedio más fácil para la soledad, o porque simplemente quiero llenar un cuaderno de palabras y palabras sin el más ingenuo de los sentidos. Aunque acepto: al final los motivos carecen de relevancia, en tanto las palabras se hagan dentro de uno y salgan [...]
Pues siempre quedan ellas y tu recuerdo que golpean mis afanes día a día
ResponderEliminarY que importa si quedan sólo recuerdos, o si quedan las palabras, que se desvanecen como tinta en el agua de las historias que solíamos contarnos, o que solíamos leer...
ResponderEliminarSí importa, sí importas
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