[no sabes, acaso, que tiendo a leer entre líneas?]
Leo aquesto, o lo otro,
leo lo que sea, o lo que encuentro,
lo que no puedo ver,
e incluso lo que ni alcanzo a sentir,
leo... o pienso, acaso, que esto es una maldición,
y pierdo los estribos,
aunque no me esfuerzo,
[y lo sabes]
vienes a mi mente,
y ya lo pueblas todo,
y el aire huele a ti,
el agua sabe a tus labios,
el viento llena mis pulmones,
[como lo hiciera tu aliento]
entonces pienso en mí,
y en las estupideces que he cometido,
y pienso -veo, leo- lo que tengo,
y lo que no,
y empiezo a escribir,
te escribo, maldita sea, y lo sabes,
porque más remedio no tengo,
porque ya qué más dá,
porque jugué -y perdí-
[a los dados, a las cartas]
Veo cómo me haces creer que te tengo,
- o cómo alguna vez lo hiciste-
y veo cómo te creo,
-sin remedio, te creo-
aunque te esfuerzas en decirme que no lo haga,
o que no debo,
y... pierdo los estribos,
sin esfuerzo, de nuevo,
[lo sabes]
hago aquello que no has podido,
o que otros no han logrado,
[esfuerzos inútiles]
y sé que tengo -he tenido-
cada centímetro de tu cuerpo,
pero no te tengo,
y jamás lo haré,
lo sabes,
al final, creo,
simplemente lleno un vacío,
y terminas ahí, maldita sea,
-maldita seas-
de pie, frente a mí,
o frente a la imagen que de mí tienes,
diciéndome que no logro conocerte,
... mientes!!!...
[inevitablemente]