No es de dónde,
ni porqué...
incluso no vale la pena
interrogar por el mecanismo
y tampoco es necesario,
aunque lo es menos
alcanzar una respuesta,
y por ende hacerse tal pregunta.
Sólo por breves instantes,
- y el límite es difuso,-
la realidad es tan inquietante,
cual aquellos oníricos laberintos
en los que solía encontrarte;
mas aquel que sigo
a través de aquella espiral que muere
en el violáceo abismo de tu mirar,
tan intrincando e inefable,
tan desolado es,
e inalcanzable,
que imposible es escapar.
ahh...
y en aquellos
que se erigen
en medio de latidos inscritos
de lo que es difícil expresar,
donde habitan - ¿o se esconden?-
los intimos desacuerdos,
mutuos,
sublimes,
sacros ...
fatuos;
mi camino se pierde,
cuando a ellos vuelve
y reencuentra,
cuando simplemente
sin poderlos contener,
el deseo los engendra.
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