Me digo,
no puedo permitirte,
ser aquella sombra
que me persigue,
que me atormenta,
y aun a pesar de serlo ya,
de haberlo sido siempre,
me lo sigo repitiendo.
y aquí estoy recreando tus palabras
en imagenes, vivas, tristes e indecibles
al tiempo que la dureza de las mías,
esconde la tristeza,
engendrada hace ya tiempo
en mi vaga suerte
por - tu sabes- aquella cruel impotencia.
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