[No sé como llegamos aquí, no sé si estamos perdidos o si de verdad nos encontramos... no sé.]

Aunque pareciera que muchas veces nos empeñamos en ocultar aquellos productos de nuestra mente [nuestros pensamientos]. Hemos creado un blog para combatir este cruel empeño. Las palabras deben salir, y cualquiera debe poder leerlas. Es posible, sin embargo, que a nadie le interesen, o que incluso, el orden en el que las ponemos sea considerado incoherente o estúpido. Tomamos, aún así, el riesgo de dejarlas ver la luz, descubriéndolas ante cualquier observador que desee urgar a través de ellas, criticarlas, o elogiarlas...


viernes, 13 de noviembre de 2009

Veinticinco

Son veinticinco,
los que me acompañan,
pero parecen mil,
hablan como mil,
piden como mil...

No puedo escucharte, [no me dejan].
[Aunque gritaras
pero sé que no lo haces]
Tal vez porque no me hablas,
tal vez porque soy torpe [y no entiendo],
no importa [antes he dicho]
no importa -ni te importa,
porque mientras tu lloras,
yo bebo un vino,
hecho de tus lágrimas,
y me embriago,
y gozo con la impresión
que sus gotas dejan en mis labios...
y olvido tu nombre... y olvido tus señas
[no más las mías]

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