Ya no es más grande,
ni es más queso,
y ya tampoco puedo verla
[su imagen, o sus velos]
tus ojos en ella están lejos,
cenit, o lo que sea,
punto más lejano, o más alto,
[o cual es lo mismo]
y aquellas grises formas, con vida propia
bailan en redor
ella blanca, sin vida,
y yo sigo esperando el milagro
de que aparezcas, ante mí,
igual que ayer... [pero]
ya no lo harás,
y creo que empieza a
[...]
Y ya, de nuevo, no estás,
en aquel balcón,
donde me esperabas,
ya no estás, maldita sea, lo sé [lo sabes]
y no la ves, no puedes,
o no la quieres ver, o ciega estás,
da igual,
sigo solo, escondido, y a oscuras,
abrumado por mil pensamientos,
y una sola noche en que no estás ya
No dejan de asombrarme ni de conmoverme, sin importar a dónde vayan... o si llegan, sin importar de dónde salen o si no son ciertas son sólo palabras. y a veces, que bellas suenan o será porque evocan en mi recuerdos (buenos, no lo dudo).
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