[No sé como llegamos aquí, no sé si estamos perdidos o si de verdad nos encontramos... no sé.]

Aunque pareciera que muchas veces nos empeñamos en ocultar aquellos productos de nuestra mente [nuestros pensamientos]. Hemos creado un blog para combatir este cruel empeño. Las palabras deben salir, y cualquiera debe poder leerlas. Es posible, sin embargo, que a nadie le interesen, o que incluso, el orden en el que las ponemos sea considerado incoherente o estúpido. Tomamos, aún así, el riesgo de dejarlas ver la luz, descubriéndolas ante cualquier observador que desee urgar a través de ellas, criticarlas, o elogiarlas...


sábado, 15 de mayo de 2010

Explicación

En ciertas ocasiones, especialmente en aquellas en las que deberíamos tener la mirada atenta ante las pequeñas variaciones, la falta de contexto puede hacernos repetir, una vez tras otra, los mismos errores que ya se han cometido, en diferentes épocas, pero por diferentes personas. En otras palabras, el proceso de juzgar una frase, acción, o cualquier otra cosa requiere, por obligación, cierta información básica sin la cual es imposible llegar a una interpretación mínimamente acertada.

Se corre, por tanto, sin tal información, el riesgo de generar una interpretación y, por tanto, un juicio, además de errado, completamente sesgado, y tan lineal como nuestra mente lo sea. Terminamos, nuevamente, entonces, hablando fuera del vaso.

9 comentarios:

  1. Como siempre, deberías aplicar a ti mismo tus directrices, no sea que apresurandote a hacer juicios, termines por quedar avergonzado.

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  2. Creo que el texto es claro en su dirección, no obstante, aún parece que se dirige a alguien específico. Empero, no lo hace, y no lo han hecho mis textos desde hace algún tiempo. Pero no quiero parecer insistente en el tema, porque es una pérdida de tiempo. Todo lo es, y finalmente, ¿a quién le importa?.

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  3. Por otra parte, supongo que mucho se puede hablar sobre el tema de la universalidad. No queriendo con esto decir que tengo derecho a hacerlo. De todas formas, las palabras (y las frases, quizás) ya vienen prefabricadas y envueltas en paqueticos que terminamos por usar y reusar varias veces. A veces, incluso, de manera ilogica o irrisoria. Se termina, entonces, volviendo repetitivo, y tal vez insulso. Pero el ejercicio sigue siendo constructivo.

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  4. En otro sentido, tal vez menos general, el hecho de sentir una alusión a nuestro comportamiento (sin importar lo errado o correcto que este sea) significa que en algún lugar nos queda la sensación de que dicha alusión (mas por casualidad que por naturaleza de alusión) puede dirigirse a un punto no solo verosímil, sino válido.

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  5. Aunque bien podría tratarse de un pobre y ridículo intento por llamar la atención. De parte mía, por supuesto.

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  6. No puedo evitar, tal vez... unirme a este pequeño tormento, como si mis palabras ya no tuvieran suficiente eco en otro escondite, no puedo, simplemente por que no quiero, porque mi alma se resiste a olvidarte...

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  8. A la postre, supongo yo, que da lo mismo. Todo da lo mismo. No obstante, dada la frustración que resulta del irreflexivo e inútil intento por tener algo que no existe o que solo es tan móvil que es imposible atrapar, o por sólo pretender tener, quizás lo hace al final una batalla contra nuestro propio orgullo.

    A veces ciertas ideas, que parecen básicas en principio, terminan por poder nublar nuestras ideas, a conveniencia.

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  9. A saber, no me queda demasiado claro, y supongo que, como todos, tiendo a hablar incoherentemente, y de cosas en las que nadie cree, que nadie comparte, o que todo el mundo creía inexistentes o sabe fútiles. Yo diría, en principio, que no mucho de lo que escribo tiene un sentido general, o aún específico, pero al final, como antes lo dije, las palabras vienen en esos paqueticos que reusamos, con irrisoria frecuencia.

    De otro lado, dudo de la existencia de una verdad absoluta en la correspondencia.

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