No basta con querer querer, tesoro mío...
LdeG.
Trato de aprenderlo de nuevo, pero me cuesta trabajo. Aquellas impalpables e inusitadas palabras que extasían sutilmente aquello que aún no se mueve dentro de mí, no caben de nuevo en mi ya saturada memoria. Sigo tratando, durante horas, de introducir las palabras del loco en mi cabeza, pero las unas se niegan a entrar y la otra cierra sus puertas. Abandono entonces la labor memoristica, para dedicarme a algo mas, digamos, procedimental.
Diríase que uno de los mayores inconvenientes a los que podría enfrentarme al mirarte a los ojos radica en las nulas posiblidades que tengo de huir a tu escudriñadora mirada, o en la inversamente infinita capacidad que tengo para resistirme a contarte quién soy, o qué fue lo que hice ayer, o lo que haré mañana. Por eso sólo desde lejos te observo, quedamente, sin mirar realmente tus ojos, como con la mirada perdida, y balbuceando inconexas palabrejas. Como sea, siempre termino levantando los ojos al horizonte, como buscándote en la cima de aquella montaña en la que dices permanecer, pero en la que, por más que he buscado, no he visto ni un rastro de vida.
Y el viento sigue tomando libremente aquello que no es mío, y sacudiéndolo diestramente como si no pesara nada. Sigo sentado entre tus piernas, entre tus pechos o entre tus brazos. Tus palabras, entonces, toman la fuerza de aquella otra ocasion [taciturna] en la que huimos, y rompen las olas que se forman a medida que aquel barco ebrio se hace a un camino entre la bruma. Luego... me doy a la deliberacion...
Siempre León ... atreverse... atrevernos
ResponderEliminarImplacable, sempiterno, e inaccesible León. Pero con un poco de paciencia, sus pédreos muros podremos pasar [sin romper]...
ResponderEliminarSe me permite preguntar atreverse y/o atrevernos a que?