Nunca recordé qué llegué a escribir en aquel papelillo, pero alguna respuesta debí tener de su parte... o tal vez la tendré.
viernes, 29 de enero de 2010
En efecto...
Sí. Concluí. No estaba preparado tal vez, para aceptar tal fracaso, pero tenía que hacerlo. Corrí inútil y desesperadamente, tratando de despejar mi mente, pero cada vez mas oscuros, mis pensamientos fueron hundiéndome en una intensa y cruel batalla entre mi orgullo y mi honestidad. Miré sus ojos, tratando de que me dijesen algo, pero todo fue inútil. Miraban fijamente al horizonte, donde no me es permitido ir. Se iba a ir, no sé para dónde, y no sé con quién. Me senté en la ventana, sobre el blanco borde, horizontalmente, entre el vacío antejardín y su casa, como si quisiera concentrarme en un par de pensamientos. Imposible. Tomé, entonces, un poco de valor y entre sus manos puse un papel, con dos o tres de mis palabras. Luego, huí.
sábado, 23 de enero de 2010
Buscas?
Huyo de aquella mirada. Bah- ya no importa, es insulsa y mentirosa. Nada más agregaré. Doblo en la esquina y ahí estás, mirándome fijamente como si esperaras que te hable. No sé qué decir, así que sólo sigo derecho, como si no te viera. Subo los pliegues del artefacto y ahí estás de nuevo. Me observas, lo sé, pero no vuelvo los ojos hacia los tuyos. No hay lugar fácilmente accesible, entonces escojo cuidadosamente uno. No demasiado cercano, pero tampoco lejano a ti.
Busco en mi poco casual portafolio aquel volumen que me ha hecho mantenerme despierto durante los ultimos dias y antes de poder posar la mirada en la primera palabra, escucho una frase llegando a mis oidos. Ininteligible. Vuelvo mi rostro hacia el origen de tales palabras, y te veo, esperando una respuesta. Rapidamente balbuceo lo primero que viene a mi mente... luego, solo espero.
[El contexto, debo decir, es fundamental antes de realizar cualquier interpretación]
Suscribirse a:
Entradas (Atom)